martes, 30 de abril de 2013

“Un testimonio del Amor Generoso de Dios en mi historia de Vida”


Si tú estás empezando a leer este testimonio es porque Dios así lo permitió y es para qué tú seas parte de esta herencia de amor y vida para que hagas un alto en tu vida y puedas sentirte amado por Dios.

Este es el testimonio de un amor como no hay otro igual, que me hizo comprender todo el bien y el mal, que le dio luz y sentido a mi historia; a partir de ahí, a toda mi vida, a mi familia, a mis agresores, amigos y también a grandes personas que les paso lo mismo y que siguen encontrando como trascender a pesar de lo vivido.

Quiero comenzar esta historia maravillosa comentando que muchos años atrás no la habría comprendido, menos compartido, sin este encuentro generoso del amor que dios me permitió experimentar, que me hizo sentirme amado, perdonado y apoyado en él, para trascender más allá de mi egoísmo y mi zona de confort en la que muchos pueden estar ahora.
El daño que genero en mi corazón el no entender en mi historia los abusos sexuales, psicológicos y físicos, que tuve desde pequeño, me llevó en consecuencia a destruir primero, mi relación con dios, después a mí mismo, a mi familia, a mis amigos, a mis novias, en resumen a destruir a mi prójimo. Decía Juan Pablo II ”Cuando el hombre prescinde de dios se convierte en un monstro”.

Creo que Dios permite cada acontecimiento en nuestra historia, para develar lo que hace el hombre con su libertad, pero no para quedarse hundido, sino resurgir, para amar.
Bendigo a Dios porque me permitió experimentar su amor en una familia de clase media, la cual estaba formada por mi padre, mi madre, mis cuatro hermanas y yo.


Soy Pablo, viví gran parte de mi historia con mi familia, hoy tengo 35 años y quiero compartirles un poco de mi vida que ojala pueda ayudarles a descubrir que cada uno de nosotros fuimos creados del amor y para dar amor, no importando lo que haya pasado en nuestras vidas.

Pienso que el abuso sexual no viene solo como un hecho aislado sino existen situaciones o problemáticas más profundas que vienen de los sufrimientos no resueltos de los victimarios o los cómplices ya que no han roto con ese patrón de comportamiento, repitiendo lo mismo que les paso a ellos a causa de no intuir, que han sido seres amados.
Mi padre ingeniero y madre trabajadora social, también con dos historias únicas que les ha permitido ver la misericordia y el amor de dios con la reconstrucción de su matrimonio y después con las cinco historias de sus hijos. Vi necesario comentarlo porque dios elige a los más débiles para confundir a los fuertes del mundo para manifestar su gloria.
A pesar de ser un hijo deseado y querido desde muy chico y con un futuro prometedor, el matrimonio de mis padres empezó a causa de un embarazo no deseado, a sus 18 y 19 años. Con muchas complicaciones con sus respectivas familias por esas decisiones aparentemente maltomadas.

 Pero aquí es donde empezaré a contar mi historia y testimonio de vida; porque podría empezar más atrás y también hallarle un sentido vivífico a esta historia maravillosa pero creo que de aquí está bien.

El primer acontecimiento que me marco, fue que desde muy pequeño dormía con mis padres y recuerdo que eso me hizo tener un apego muy fuerte hacia ellos. Esto pasó de los 0 y los 9 años que por falta de camas dormíamos en una matrimonial: mis padres, mis dos hermanas y yo. Cuando se consiguieron dos camas individuales fueron para mis hermanas y yo seguía durmiendo con mis papas a un costado de mi madre en una de las orillas de la cama. En varias ocasiones escuche tener relaciones a mis padres lo que me hizo despertarme el lívido desde antes de los cinco años.

En varias ocasiones me toco presenciar discusiones, agresiones verbales y físicas entre mis padres, esto me congelaba sobretodo los golpes; recuerdo que sentía una tención en casi todo el cuerpo, principalmente en mi boca pues me quedaba mudo. También lo reflejaba en hombros, brazos y piernas; sentía frustración ante la impotencia de no poder defender a mi madre, lo que fue generando por un lado un coraje hacia mí padre, una baja autoestima por no saber defender a la mujer.

En una de estas ocasiones recuerdo que tenía dos años y medio casi tres, cuando mis padres volvieron a pelear y mi madre al siguiente día, se fue de la casa para darse un tiempo fuera. Recuerdo que yo estaba entre los dos cuando mi padre la llevaba a la central camionera, yo no sabía a dónde íbamos y todo aquello era un silencio sepulcral y con mucha tensión. Cuando mi madre bajó del carro, sentí uno de los abandonos más grandes de mi vida porque pensé que no volvería y lo peor de todo es que yo creía que era por mi culpa. Ese día llore durante todo el regreso a casa. Cuando mi madre regresó, sentí un gozo inexplicable. Sin el reencuadre de mis padres de aquel acontecimiento, seguí creyendo que si me portaba mal con mi madre ella se iba a volver ir. Lo que me hizo extremadamente detallista y hacía cualquier cosa por cumplir la expectativa de la figura femenina (mama, hermanas, novias, maestras, compañeras).

Mi padre era muy violento e iracundo y el quedarme solo con él me generaba mucha tensión e inseguridad. Estos acontecimientos me hicieron buscar el afecto en mis amigos del barrio y tenía un temor a que se molestaran conmigo y que pudiesen llegar a golpearme lo que me hizo regalarles casi todos mis juguetes. Mi edad era en aquel entonces de 5 años y fui un niño muy introvertido, jugaba con mis coches en la banqueta de afuera de mi casa o con mis dos hermanas con sus muñecas.

Mis padres trabajaban y nos dejaban con mi abuela materna, esta falta de atención de mis padres la querían recuperar con los juguetes o dinero que aunque no era mucho suplía aparentemente ese afecto.

En ese tiempo, fui con mis papas a un centro comercial, iban discutiendo algo en relación al dinero y la despensa, cosa que no me gustaba y quería ir a los juguetes pero sabía que no me dejarían porque implicaría pedirles comprar un juguete; por esta razón les dije que quería ir al baño, recuerdo que mis papas solo me dijeron: “pero no te tardes y cuanto termines te vas a la zona de carnes” Al ingresar a los sanitarios como no alcanzaba los mijitorios fui a uno de los dos wc que estaban ahí y el primero estaba emparejado, no me había percatado que estaba ocupado, entonces opte por entrar y cuando abrí un señor conocido de la colonia de donde vivía estaba masturbándose.
Del susto me fui al segundo wc, me encerré, tuve miedo, me congelé y mi corazón latía muy fuerte estaba asustado. Cuando me salí el estaba con la puerta abierta y los pantalones abajo exhibiendo su pene y me dijo que si le podía pasar papel del wc donde yo estaba y se lo di, tomo mi mano y me congelé y la puso en su pene, me acaricio y me toco mi cuerpo por encima de mi ropa, metió su mano en mi short y me toco mis partes privadas, se escucho que entraba alguien y me dijo que ya me fuera que no dijera nada sino me iba a golpear. Salí del sanitario confundido y no quería ir con mis papas y la mente se me bloqueo, andaba ido, me dirigí a la zona de juguetería, agarré unos coches, me dieron ganas de llorar y no podía, de la desesperación abrí uno de los paquetes de carritos y me metí uno en mi calzón para llevármelo (los juguetes me daban seguridad), pero me cacho una de las que atendían. Me tomó muy fuerte la mano y me dijo: “sácate el carro de ahí, eso es un robo, donde están tus papas?”, le dije, que por favor no les dijera, que no lo volvería a hacer. Me llevó a servicio a clientes, vocearon a mis papas y me llevé unas nalgadas y un regaño tremendo de mis papas y ahí solté el llanto; pero sin decir nada de lo que me había pasado.

A partir de ahí, empecé a tener un resentimiento con mis padres que se acrecentaba con las discusiones y peleas. Además que me hice muy llorón. A raíz de esto cuando mis hermanas se enojaban conmigo me decían que era una vieja por como lloraba y mi padre reforzaba con que los hombres no lloran. En las noches me orinaba, agarraba los chupones de mi hermana menor y me sentía como un bebe de hecho los juegos con mis primas y primos quería ser yo el bebe.

En la preprimaria la curse en una escuela privada y ahí una de las niñas que me gustaba le dije que si hacíamos el amor y me enseñaba su pene, (imagínense la confusión que tenía) y como era hija de una de las maestras de la escuela, mandaron llamar a mis papas y me volvieron a regañar y me veían las maestras como un niño pervertido, además de mis compañeros me decían marica y prácticamente tuve un rechazo social de mis iguales.

Mis trabajos que me dejaban estaban mal hechos lo que provocaba señalización por parte de mis maestras. Eso me genero mucho miedo de ir a la escuela, porque ese rechazo provocaba que me identificaran como el marica, que no jugaba futbol y que si me peleaban no sabía defenderme. En el salón de clases no ponía atención, me levantaba, molestaba a mis compañeras y me ponían las clásicas orejas de burro.

No quería ir a la escuela, pero cuando me dijeron me cambiarían de escuela hubo una ilusión de cambio por que estaría con mis primos y algunos amigos de la cuadra. Sin embargo, con este rechazo me hizo refugiarme en mis juguetes: monos de plástico que a causa de la carga sexual que tenía por él abuso y por escuchar a mis padres tener relaciones, recuerdo les ponía penes de plastilina a los monos de lucha libre y repetía la historia que me había pasado como explicando o tratando de entender aquel acontecimiento.

Desarrollé mucha habilidad con la plastilina y uno de mis juegos antes del abuso era jugar a hacer mi familia ideal, construía casas donde estaba mi familia, mis amigos donde no había discusiones ni violencia y eso me confortaba. Después de este abuso la carga sexual aumento al grado que recreaba con plastilina en ese “mundo ideal“escenas en las que veía a mis padres tener relaciones.
Me empecé a sentir muy mal porque no me explicaba lo que me pasaba ni nadie sabía lo que me pasaba para ayudarme, al grado que empezaba a olvidarme de los tiempos, no me daba hambre, era muy distraído, irritable, sensible, los juguetes ya no me llenaban, entonces me empecé a refugiar en la televisión en las caricaturas; mi preferida era “la liga de la justicia” donde estaban todos los super héroes los cuales idealice y empezaba a construir historias donde ellos me rescataban de aquellas personas que en ese momento no quería. Incluso me quedaba dormido apropósito pues en los sueños yo me convertía en rescatador de personas necesitadas y soñaba con los superhéroes: batman-robin, acuaman, superman, la mujer maravilla y los gemelos fantásticos. Mi seguridad en esto, fue tal que al ponerme yo cualquier cosa que parecía una capa (como las cobijitas de mi hermana más chica) me sentía super héroe, sin embargo volvía a mi esos momentos de ansiedad y depresiones donde me ponía muy inquieto.

Alguna vez estando afuera de mi casa jugando en la banqueta, llegó un vecino más grande que yo que era hijo adoptado por dos personas mayores, el estuvo viviendo gran parte de sus 10 años hasta ese entonces en un albergue. Me platicó que lo golpeaban mucho y que él nunca había tenido juguetes y en ese momento me metí a mi casa saque mis carros y le dije que escogiera dos de los 20 y el me dijo: porque dos, dámelos todos y le dije que no, se enojo y me agarro del cuello, eso me congelo, la sangre se me bajo, se los di todos y me amenazo diciéndome que no le dijera a mi mama sino me golpearía, esto me hizo enojar mucho pero lo volví a reprimir junto con el miedo que sentí. Me habían quitado otra de mis seguridades, me metí a mi casa y ya no quería salir. Mi madre y mi padre estaban ocupados en peleas y en proceso de separación. Con ese mismo vecino pasó otro abuso en su casa a los 14 años de él y a los 10 míos.

Al no entender esto que me pasaba y sin poder digerir bien lo del abuso y las consecuencias de este, no tenía ganas de vivir. Una mañana mis papas se fueron a trabajar y nos dejaron con una nana, mientras ella hacia el aseo nos dijo que los tres: mis dos hermanas más grandes y yo, nos metiéramos a uno de los cuartos, ahí jugamos a que la bruja (una de mis hermanas disfrazada) nos perseguiría para hechizarnos (a mí me daban pavor las brujas y mas las mascaras narizonas con verruga). Entonces empecé a correr por el cuarto y al sentirme encerrado y confundido (como si estuviera en uno de mis sueños donde sí podía volar) agarré mi capa, me la amarré al cuello y en ese momento quise volar y claro que el sueño se acabó ahí, por que como era la realidad no pude volar y me caí, la ventana daba hacia una alberca que tenía como 10 cm de agua y con una profundidad como de 80cm. La altura total de la ventana al fondo de la alberca era como 1.80mts. Me desmaye, me golpee la cabeza y no supe nada de mí hasta que empecé escuchar a mis papas en mi inconsciencia, diciéndome desesperadamente mi nombre para volver en sí.

Ese acontecimiento movió a mi mamá y empezó a darse cuenta que necesitábamos más atención de ella y de mi padre. Poco después le salió una hernia por la cual la tuvieron que operar. Cuando se fue yo pensé que se iba a morir pensando que no iba a regresar, mi sentido a la vida era vago.

Llegó el cambio de escuela y me fue difícil socializar porque a la niña que había conocido en la preprimaria le tocó estar en el mismo salón de 1ro de primaria. La mamá se enteró, la cambio de salón y advirtió a las maestras de mí, así que desde que empecé la primaria ya traía la etiqueta de niño majadero y mal portado, fueron seis años de la primaria muy complicados: con problemas de rechazo social, señalización, sin amigos.

Mi únicos dos amigos fueron mi primo que tenía un problema en las piernas y en sus intestinos que necesitaba de una zonda, su bolsita de orina y unas muletas. El mal olor que generaba provocaba que lo sacaran de su salón a cada rato. Eso no me gustaba porque me veía reflejado en ese rechazo además de cualquier rechazo social que tuviera una persona.
Mi otro amigo era uno de la cuadra que era el más bajito en estatura de toda la escuela, así que eso no ayudo mucho a conseguir amigos ni amigas. Sumándole a esto ese viejo sistema de que los alumnos con mejor promedio los sentaban en la primer fila y así sucesivamente hasta que en la última estábamos los mas burros. Me acostumbre, me adapte a ese ambiente y salí con notas medias la primaria. Esto que sentía, lo veía reflejado en las fotos que nos tomaban para las boletas, casi siempre con un rostro triste.

A los 6 años, tuve un segundo abuso sexual a través de las escenas eróticas de una película. Una vez unos tíos maternos invitaron a ver una película a mis papas y mientras mis primos y yo jugábamos ellos veían una película; sin que se dieran cuenta nuestros papas, mi primo y yo vimos por una orilla de una puerta que daba al cuarto de tv, una escena de una pareja que tenía relaciones sexuales; fue un momento de menos de un minuto, pero la lívido a mí se me despertó mas y a mi primo apenas era su primera vez, nos fuimos para arriba a contarles a mis otros primos y tuvimos juegos sexuales, yo me sentía diferente porque ellos no tenían la circuncisión y me pusieron pegamento blanco en el pene según eso para que se me hiciera igual. Así me fui a mi casa y me empezó a arder hasta que mi mama se dio cuenta y fue a reclamarle a mi tía lo que originó una división familiar por algún tiempo. De lo cual me sentí culpable.
Debido a esto aumentaron las convivencias con la familia de mi papa, donde solían emborracharse, separar a todos los hijos en el piso de arriba, y los adultos en la parte de sala y comedor, esto para no molestarlos según decían por pláticas de grandes. Los dos primos que vivían en esa casa donde generalmente nos juntábamos tenían 11 y 13 años de edad y durante varias reuniones nos tocaban nuestras partes privadas a los más chicos o nos metían a uno de los cuartos para tener relaciones, abusando de mi y de otros primos, en una de esas me lastimaron tanto que no deje de llorar. Me lograron tranquilizar regalándome carros y unos monos de las guerras de las galaxias para que no dijera nada a los papas.

Fueron varias veces que sucedió esto y era la misma dinámica que hasta otros primos cuidaban para que no los cacharan. Esto se repetía cuando nos invitaban a dormir aumentándose con material pornográfico que eran de mi tío (papa de ellos) y que a escondidas mis primos me lo enseñaban. Todo esto paso hasta que un día nos cachó una tía y fue causa de que con todo lo que el tema significaba de delicado, sumado a que estaban alcoholizados, malos acuerdos de juegos de cartas se agarraron a golpes los papas y todos terminamos llorando. Tiempo después tres de los cinco matrimonios se separaron.

Cuando regresábamos de las fiestas mis cuatro hermanas iban en la parte trasera del carro y yo adelante entre mis padres. Mi padre manejaba a gran velocidad, borracho y discutiendo con mi madre, mi madre decía bájale por que nos vas a matar. Eso provoco en mi mucho miedo, frustración, silencio, porque no me atrevía a decir nada a mis padres; acrecentando el rencor que les tenía. Todo esto desencadeno contextos de infidelidad de mis padres lo que los fue hundiendo cada vez más en un sin sentido de sus vidas, su matrimonio y una familia desarticulada.

Entre los 7 y los 12 años. Se presento otro abuso sexual visual con los amigos donde los dos más despiertos influimos en otros a través reuniones para ver pornografía, tener juegos sexuales, masturbaciones, tomar y fumar, iba sumiéndonos en un sin sentido en la pre adolescencia.
Durante este tiempo cuando tenía siete años, se fue gestando este encuentro de amor profundo en mi familia, en el momento justo, en el cual mi madre, cansada de varios intentos de hallarle un sentido a su vida se dio por vencida ante el anuncio de una buena noticia, que 21 años después tendría un impacto en mi vida y en el momento justo la vida de mis hermanas.

Esta buena noticia fue una palabra potente, fuerte e impactante de una persona que en alguna parte de su historia también recibió este anuncio: DIOS TE AMA, eres libre, eres hermosa a los ojos de DIOS el te he creado y a partir de ahí, nuestra vida familiar empezó a cambiar, empezando la obra con mi madre, después con mi padre, luego mis hermanas y por último yo.
Ha sido un proceso de casi 30 años, este cambio parecía imposible pero dios se vale de todo y del tiempo que fue necesario para mover los duros corazones que teníamos por esos acontecimientos que no entendíamos. Mis padres ingresaron a un grupo de la Iglesia católica en el cual estamos todos en la actualidad.

Cuando mi madre y mi padre empezaron a asistir mas se empezaron a disminuir las discusiones, los golpes; más no a desaparecer, pero con todo el rencor que les tenía, mi corazón no podía verlos diferentes. Yo vi muchas veces a mi madre llorar pidiéndonos perdón de cómo ella había sido y mi duro corazón le decía: que te perdone dios yo no te perdono.
El cambio en mi padre fue más lento, todavía recuerdo como las pocas veces que se comunicaba conmigo era cuando se ponía borracho solo para decirme que no amaba a mi mamá, que él no se quiso casar y que no quería tener hijos, que él quería terminar su carrera pero que la familia le había truncado, lo que me hacía no creer en un cambio y menos en él matrimonio, ni la familia.

En la pre adolescencia tenía una personalidad desarticulada, con mi sexualidad no definida por todo el contexto que traía y la afectividad que estaba centrada en cumplir las expectativa de todos para caerles bien o para evitar el rechazo. En este tiempo asistí a un grupo de oración de jóvenes donde experimente que existía un dios que me amaba, pero no lo creía porque para mí, lo que me había pasado en esos 12 años era una injusticia; por lo que no hice mucho caso.

Antes de ingresar a la secundaria no estaba dispuesto a sufrir las humillaciones del kínder y la primaria, por lo que al no tener personas que me ayudaran, ni confianza en nadie para contar todo lo que en mi cabeza pasaba, me propuse a ser muy social y aplicado, porque sabía lo que esto implicaba, también recordé el orgullo que generaba a los papas de los niños aplicados de la primaria. Siempre con el propósito de no generar problemas, no ser blanco de atención negativa, lo que funcionó en gran parte de los tres años.

Hacia un esfuerzo impresionante por enviar en días festivos más de cien cartitas personalizadas para todos los de mi salón, maestros, amigos de otros salones lo que me hizo muy popular y me dio mucha seguridad, estaba en los cuadros de honor. Recuerdo que no salía de la biblioteca por saber más que los demás, esa también era mi seguridad, la puse en: el conocimiento, en la popularidad y empecé a aprender a jugar futbol porque no iba a permitir que alguien me volviera humillar diciéndome marica por no saber.

En el contexto de mis amigos del barrio, vendía dulces que me ganaba en las fiestas, de ahí compraba mas y los vendía y reinvertía; organizaba a mis 12 años miniolimpiadas, torneos de futbol, donde participaban cerca de 50 niños y preadolescentes de barrios cercanos, de diferentes cuadras. Tenía una hermana que estudiaba diseño de interiores, me llamaba mucho la atención las maquetas que hacía y viéndola se me ocurrió comprar del material que ella utilizaba y construí cerca de 30 maquetas de estadios de futbol que ya no sabía dónde meterlas, en los que hacía que muchos de mis conocidos se divirtieran. En este tiempo me refugiaba mucho en el autoplacer, en la masturbación en pláticas de las muchachas con mis amigos y amigas hasta tener varios juegos sexuales.

En toda esta etapa entre los 12 y los 17 años, tuve varias novias pero duraba dos o máximos 5 meses y terminaba porque no me sentía a gusto o no era muy paciente. Mi relaciones sociales en grupo eran muy buenas pero me costaba trabajo en las platicas uno a uno.

En la prepa seguí con la misma fórmula que utilice en la secundaria por que en el fondo me quería mantener ocupado para no caer en una depresión. Fui el mejor promedio de mi generación, gane las olimpiadas internas de química, matemáticas, concursos de declamación, fui el mejor en las áreas médico biológicas, me entregaron muchos reconocimientos, entre ellos el Gobernador de aquel tiempo me entregó uno por excelencia académica. Fui muy popular en mi generación. Todo esto iba creando una capa más gruesa entre aquellos acontecimientos no sanados de mi pasado y el presente. En este tiempo principalmente me dolían mucho las separaciones de los amigos o amigas que estimaba mucho y no podía entender porque me pasaba.

A los 17 años no sabía que estudiar aunque me inclinaba por el área social, específicamente la comunicación, pero no tenía para financiarme la carrera en una privada. Entonces elegí una carrera donde pudiera destacar por mis habilidades e ingrese a arquitectura obteniendo el 5 puntaje más alto de la prueba de admisión. Algunos amigos de mi papá me decían que era muy difícil sacar buenas calificaciones y para al tercer semestre era el mejor de mi generación, yo soñaba con obtener el reconocimiento de mi padre.

En este tiempo al tener una desilusión amorosa, me hiso entrar en una depresión hasta al punto de dejarme de importar los estudios y querer quitarme la vida aventándome a un barranco. Ahí me rebele contra nuevamente contra dios volviendo a mi mente todo aquello que había reprimido pero no podía manejarlo. De un día para otro abandoné la carrera a mediados del tercer semestre. Me sentía fatal y confundido porque había destapado aquello que me dolía tanto, me puse a trabajar para tratar de cerrar y reprimir ese recuerdo, con las herramientas que tenia.
En ese tiempo conocí en un camión a dos fotógrafos que me dijeron que tenía un cuerpo muy proporcionado y que ellos estaban buscando un modelo para unas fotos artísticas en desnudo y que pagarían muy bien. En esa confusión que tenía y con la poca autoestima que me sentía, acudí a la sesión de fotos y el tema era el “suicidio”, fotos donde estaba ahorcado, asfixiado, muerto, lo que me hizo sentirme muy mal. Posterior a estas fotos que se exhibieron en varias partes de la republica, empecé a posar para fotos en desnudo para varios fotógrafos pues para mí ya nada era importante ni mi dignidad, empecé a meterme en el mundo de los modelos, las drogas, nuevamente el alcohol, los antros, las fiestas donde todo se valía, empecé a revelarme contra mi familia y contra la vida, contra mi vida.
Para tratar de volver a sentirme seguro, vuelvo a hacer trámites a contaduría en la escuela pública. Salí en listas sin ganas de estudiar pero quería hacer algo que regresara a una estabilidad, dure dos semestres fui de los mejores promedios, pero sentía ese vacío en mi vida que no podía explicarme. Volví a truncar otra carrera.

Durante todo este tiempo de los 18 a los 22 años el cambio en mis padres fue tremendo pero el resentimiento que yo tenía contra ellos, contra muchas personas en mi niñez, no me dejaba ver ese amor que dios estaba poniendo en sus corazones, yo los ofendía y ellos me daban amor y eso me confundía porque entre mas yo les desobedecía, los humillaba ellos eran todo lo contrario, es como si tuviera una venda en mis ojos. Así me pasaba con todas las personas que querían expresarme su amor, no creía en ellos. No podía hacer vínculos afectivos seguros con nadie.

Después de esta etapa entre por fin a la carrera de comunicación en una escuela privada y al mismo tiempo letras hispánicas en la escuela pública, durante este tiempo experimente mi mejor etapa profesional, sin embargo mi vida se desplomó cuando en la tesis que quise realizar busque los orígenes de lo que me estaba pasando, hasta llegar a un ponto ciego donde no podía llegar a ninguna conclusión y decidí abortarla porque me hacia estar más confundido. Este acontecimiento me develaba que no podía ser constante ni terminar ciclos, pero en el fondo era que no quería darme cuenta que necesitaba cerrar o hallarle un sentido al ciclo de mi etapa más dolorosa.

Entre los 23 y los 28 años a pesar de que en esta etapa detecte esa necesidad de entrar a lo más profundo de mi historia; el miedo, la desconfianza en no poder soportar abrir para sanar, me hizo refugiarme y poner mi seguridad en los afectos desordenados de mis amigos y amigas, en la sexualidad desordenada sin propósito de vida, en el alcohol, en las drogas, la popularidad, en antros, promovía el aborto y todo lo que fuera en contra de la vida; recuerdo que varias veces salía en calidad de bulto, cargado por amigos y desconocidos, cosas que no me dejaban ver el ser amado que yo era.

Por el lado de mi familia: mis padres y mis hermanas, habiendo sanado cada una sus historias, o estar que estaban en esos procesos, creyendo en el matrimonio y la familia, empezaron a bombardearme con mensajes de amor y sobre todo ese mensaje del anuncio que me cambio la vida: DIOS TE AMA, y eres precioso a sus ojos, JESUSCRISTO A RESUCITADO para que tu no seas esclavo de donde estas hoy, él quiere que tú seas feliz no importa lo que hayas hecho ni lo que te haya pasado.

No recuerdo cuantas veces me lo repitieron entre los 18 y 28 años. Me pedían perdón por el daño que me habían ocasionado, pero yo en los últimos dos años ya no decía como antes: “que dios te perdone“, porque veía en aquella mirada de mi madre, de mi padre, de mis hermanas un corazón humillado, ante mi corazón duro de orgullo que no me dejaba ver que lo único que dios me decía a través de ese perdón era que él me amaba.

La enfermedad de mi padre que estuvo a punto de la muerte, fue el acontecimiento que me hizo volver a dios. Cuando lo vi en cama y a mi madre con la que tantas veces peleo y discutió; a mis hermanas, que vivieron historias en parte similares a la mía, además de las personas de su grupo de la iglesia, que para mí era imposible que alguno se donara a él (porque se me hacían personas hipócritas), quedándose a dormir en la noche, a asearlo, a orar por él, eso me destrozó mi razón y el corazón porque pensaba: porque tantas personas le aman, pues yo no había visto ese amor en él. Me hizo ver que yo era más pobre que él, que todo lo que yo había creado en mis ideales de vida no valían nada comparado con ese amor. Cuando decidí quedarme con él dios me concedió verme pobre a mí y ver que yo no era mejor que él.

Ahí entre en una crisis, buscando un sentido a mi vida, vi claramente que dios me permitió vivir una experiencia de ateísmo, una kenosis un profundo descenso al infierno de mi existencia, una existencia sin dios; pude ver que cuando dios no fue el centro de mi familia esta se destruyo, porque durante mucho tiempo el centro de mi familia fue: el dinero, el egoísmo, las cosas materiales, las fiestas, el alcohol, la apariencia, una falsa religión, el ideal de padre, de madre, de hijos y de familia.

A partir de ahí los próximos 6 o 7 meses vi como durante mucho tiempo intente ser coherente con un tipo de existencialismo: con el absurdo total de la existencia humana, todo se me desmoronaba, no tenia ánimos de nada, todas las cosas en las que había puesto mis seguridades estaban en cenizas, me daba cuenta que había muerto interiormente y que mis calificaciones, mis éxitos, mis logros, mi popularidad, no me servían de nada y sabía que mi fin sería seguramente el suicidio, de hecho me sorprendió de que la gente fuese capaz de vivir cuando yo no tenía las ganas de hacerlo. Vivir cada día significaba todo un sufrimiento. Cada día lo mismo: para que levantarme? ¿Quién soy yo? ¿Para qué ganaba dinero? ¿Para que estudiaba? ¿Para qué tener una familia o casarme? ¿Para qué comer, bañarme? Entonces así, nada tenía sentido.

Y solía preguntar estos cuestionamientos a muchos de mis amigos de los ambientes donde estaba y lo increíble era que la gran mayoría no sabía para que vivía o centraba sus ideales en tener una casa, trabajar, hacer dinero, tener un cuerpo hermoso, ser famoso, tener un hijo y operarme, tener relaciones con quien quiera y si me embarazo abortar, vivir bien loco, ser bisexual, homosexual, metrosexual… tal vez tenía que ser así: levantarme, ir al trabajo, ir al cine, dormir, fiestas el fin, drogarme, alcoholizarme, fumar… irónicamente decía ¡que chido los que podían vivir así! Yo ya no podía, me encerraba en mi mismo, me alejaba de todo aquello que forje durante casi 12 años y me abría un abismo profundo dentro de mí.

Sentía que el cielo fuera una enorme loza de concreto y que yo estaba muerto en una tumba, que el cielo se había cerrado para mí. Hay un filósofo que le llaman el filósofo de la intuición: Bergson que dice que la intuición es un método de conocimiento superior a la razón. Con esto, dios me había dejado ver que toda mi vida me la pasaba razonando buscando el sentido lógico de las cosas y de lo que me pasaba, pidiendo justicia, pero jamás intuía más allá de la razón, veía que para negar que nada tenía sentido, que dios no existe, se necesitaba tener tanta fe como para creer que existía. Con la intuición empezaba a dar sentido aquello que no podía razonar, a saber primero que dios existía y que el sabia porque existía yo.

Entonces me metí en mi cuarto me hinque y le grite a ese dios que según me habían dicho mis padres y hermanas tantas veces que me amaba: AYÚDAME  no sé quién eres, y ahí experimente estando solo a solo, una experiencia profunda de este encuentro generoso con dios, y lloré mucho, llore amargamente, llore hasta cansarme y aun ahí me preguntaba ¿Por qué lloro?, Me sentía como aquel que delante de la muerte a punto de dispararle le dicen que ha quedado libre…y que aun no creyéndoselo llora por la sorpresa de que me han liberado, ahí experimente la vida, JESUS en mi muerte estaba acompañándome para devolverme la vida y decirme que es verdad que dios existe y que me amaba.

A partir de ahí empecé a ver que yo había hecho muchos juicios y que había matado a mucha gente en mi corazón, hasta al grado de llenarme de la muerte de mis odios y rencores, de irme pudriendo por dentro y tratando de fingir una vida feliz, que hasta los perfumes que me ponía eran un fiel reflejo de que no olía bien, con tantas y tantas cosas donde puse mi seguridad, me sentí pobre sin ningún apoyo.

Comencé a hacer una lista de todas aquellas personas a las que había matado en mi corazón y las que con mis actos también había matado, las busque y les pedí perdón empezando por dios, a mis padres, a mis hermanas, amigos, conocidos, a primos y aquella persona de aquel abuso de hace ya 21 años me lo encontré porque dios así lo permitió, cuando le encontré le dije que posiblemente el no se acordaba de mi y que quería pedirle perdón porque yo no era mejor que él, porque me convertí en un acecino en serie porque le había matado a él y a mucha gente en mi corazón.

Le anuncie que había experimentado un amor generoso de dios y que no podía quedarme con ese tesoro para compartir y le dije que dios le amaba, que dejara de hacer el mal, que ese día dios le estaba dando la oportunidad de reconciliarse con él, con su historia y con la gente que él creía que había matado y que les pidiera perdón, que si no los llegase a ver que pidiera por ellos, que dedicara toda su vida a pedir porque dios les pudiera mandar a personas que le anuncien esa buena noticia y para que encontraran un sentido a sus vidas.

El hallar un sentido a mi historia me ayudó a empezar a ver hacia el futuro, a creer el matrimonio y la familia; a comprender que dios permite cada acontecimiento para encontrarnos con su amor, que de los males aparentes vistos desde la razón son imposibles de comprender y verlo desde la intuición dan un sentido vivifico a la vida del ser humano.
Hoy estoy por casarme y participo en proyectos a favor de la vida, en defensa del no nacido, en anunciar la buena noticia a los muertos en vida, para que sintiéndose amados puedas trascender en el amor.

Recuerdo a una persona que me dijo: “cuándo tú hayas visto un muerto resucitar empezaras a ver tu historia diferente”. Hoy puedo dar testimonio que yo estaba muerto en vida, que he experimentado la resurrección espiritual, a reconstruir esta relación de mi ser con su creador y cada vez que se presenta esta historia como el recuerdo puedo hoy bendecir a dios de esta historia de amor.

A prendí a través de la iglesia que en la familia deben de existir tres altares fundamentales el lecho conyugal el cual es sagrado y solo pueden estar los esposos porque ahí es donde se gesta ese amor de dios con el matrimonio. Que cada hijo debe de tener un espacio para dormir solo. El segundo altar es la mesa en la que dios manifiesta su providencia del trabajo que tenemos en la comida y es un momento para fortalecer el vínculo con los hijos, que muchas veces se cambia por el star de tv. y el tercer altar es el de la eucarística, signo más grande del amor dios manifestado en Jesus resucitado.

A prendí que el perdón sana, reconstruye, que no esperemos a tener 35, 40, ó 70 años para pedir perdón o perdonar cada día es un tiempo valioso. Practicarlo como un deporte.

Vi que lo más importante es que soy un ser que vino del amor para dar amor. Que no soy perfecto sino perfectible que posiblemente pueda ser engañado por la historia que se reflejará en varias personas o acontecimientos de la vida, pero que si me escandalizo del sufrimiento que me refleja la injusticia, en mis fuerzas justicieras mataría a la persona que me agravió pero eso no soluciona nada, así no podré ayudar y trascender; pero que si lo veo como un acto que permitió dios para manifestar su amor, eso quedará en lo profundo de cada persona que escuche de mi boca y mi corazón que DIOS LE AMA ahí donde en su razón no puede amar.

También comprendí que todas las cosas que el mundo ofrece en las que puse mi seguridad en alguna parte de mi vida, como el éxito, los premios y reconocimientos, el saber, las cosas materiales, el trabajo, el hacer ejercicio, las relaciones sociales, los afectos, el cariño de las personas, la tecnología, el dinero, todo esto es para ayudarnos a vivir mejor y ayudar a otros con lo que queramos compartir, pero que si yo pongo como mi centro de vida cualquiera de estas cosas entonces empieza a ver un desequilibrio.

Ojala que cada psicólogo, comunicólogo, educador, maestro, padre, madre, hermano, cualquier persona que vea este testimonio pueda sentir que su vida no ha sido injusta sino que hoy tiene la oportunidad de agarrarse de alguien más fuerte que él mismo como centro de su vida, para hacer cosas impresionantes, como resucitar a muertos en vida y solo así ser generosos en el amor.

PABLO.

viernes, 19 de abril de 2013

La Vergüenza


De Que se Trata

Si usted está luchando con sentimientos de vergüenza, no está solo.




La vergüenza consiste en pensamientos y sentimientos sobrequien es usted.
Significa sentir que no se es digno del respeto o consideración positiva de los demás, sentir que merece ser juzgado y criticado, y sentirse avergonzado frente a los demás.
Igual que la culpabilidad, la vergüenza es difícil de soportar.  Esto puede hacer que sea más difícil superar los efectos negativos de las experiencias malas de la niñez.
Igual que la culpabilidad, no es malo sentir vergüenza de vez en cuando.  Hay momentos en que debemos sentirnos avergonzados e intentar recobrar el respeto y la confianza de los demás.  Sin el sentimiento de vergüenza, nos meteríamos en problemas.
Pero a la vez, el sentimiento de vergüenza puede ser un gran problema.  Puede ir más allá de lo necesario, durar demasiado tiempo, y prevenir que nos relacionemos con otros de una manera saludable.
Muchos hombres han descubierto que al utilizar las herramientas para un entendimiento y una concientización, pueden superar la vergüenza y dejarla atrás.
Esto no será una novedad para nadie: – una gran vergüenza que se ha sentido por un plazo muy largo puede convertirse en un aspecto inquebrantable de la vida de aquellos hombres que tienen historias de experiencias sexuales no deseadas o abusivas.
Usted ya sabe uno de los motivos principales del porque de esta vergüenza…

El Ser un Hombre que Ha Tenido Experiencias Sexuales no Deseadas o Abusivas

Para la mayoría de niños y hombres es vergonzoso haber tenido experiencias que están en conflicto con la supuesta forma de ser de los hombres.
  • Se supone que los varones no deben de ser dominados, mucho menos ser víctimas, especialmente en el aspecto  sexual.
  • Se supone que los varones no tienen contacto sexual con otros varones (si ese fue su  caso).
  • Se supone que los hombres no experimentan emociones vulnerables, especialmente el temor y la tristeza.
  • Se supone que los varones en especial, no se deben  sentir avergonzados.  (Esto puede crear un ciclo vicioso de ‘vergüenza sobre el sentirse avergonzado’ del cual parece imposible escapar.)
Para muchos hombres es una gran carga sentir la vergüenza de no ser ‘hombres de verdad’ debido a lo que les sucedió.  Esto afecta la forma en que se sienten y perciben a si mismos.  Los deja temerosos de como los demás los podrían ver si supieran lo que les pasó.    (A veces no pueden quitarse  la idea de que otros seguramente lo saben – aún cuando esto no sea posible – y por lo tanto no los vean como ‘hombres de verdad.’)
Puede haber otras fuentes más profundas y no reconocidas que los hagan sentir vergüenza.
Casi todos los hombres que han tenido experiencias sexuales no deseadas o abusivas en la niñez se sienten avergonzados.  Sin embargo, este sentimiento de vergüenza puede ser superado, y muchos, pero muchos hombres han logrado hacerlo.
Para muchos hombres que experimentan una gran vergüenza, hay otras fuentes más profundas y antiguas que causan dicha vergüenza.  Esta vergüenza es tan intensa que controla sus pensamientos y acciones, por ejemplo, siempre están intentando demostrar su valor como ser humano.

Fuentes de una Gran Vergüenza

Al parecer, la gran vergüenza con la que los hombres luchan está relacionada en su totalidad con las experiencias sexuales.  Sin embargo, a veces tiene que ver con una vergüenza aprendida en sus años tempranos y en sus primeras relaciones.
¿Qué queremos decir con esto?  Requiere una explicación, pero lo animamos a seguir leyendo y reflexionar sobre la relevancia que lo siguiente tiene para usted.
Durante su segundo año de vida, los niños son capaces de imaginar como los demás los perciben.  Se vuelven “auto-conscientes.”  También, empiezan a tener sentimientos de vergüenza.
Cuando una persona que es importante para un niño, expresa su desilusión en él, en vez de mostrar aceptación y gozo por su presencia, el niño experimenta vergüenza.  De repente se da una falta de conexión en la relación, y el niño, por lo menos, se sentirá menos seguro y menos apoyado.
Cuando la persona que expresa su desilusión es el  padre u otra persona importante a cargo del niño, el niño deseará terminar con la situación de desaprobación y evitar que se vuelva a repetir.  En las relaciones saludables, es lo que el niño intenta hacer una y otra vez.  De este modo aprende a sostener la aprobación y el amor de los padres y de las personas que lo cuidan, a pesar de sus errores inevitables y de su ‘mala conducta.’
Sin embargo cuando los padres y otras personas al cuidado del niño no solamente expresan su desaprobación de cosas especificas que el niño hace, y no solo ocasionalmente lo tratan con una falta de respeto y de amor, sino que repetidamente expresan una falta de amor y de apreciación y hasta le demuestran desprecio y odio, la vergüenza se convierte en una constante. La vergüenza  se convierte en algo tan abrumador que conduce a intentos extremos para huir de ella.
¿Cómo se percibe esta gran vergüenza?
  • Se percibe cuando un niño pequeño  se acerca a su padre o a su madre, lleno de orgullo, queriendo contarles algo que ha hecho, y la respuesta es ‘déjeme en paz’, o le hacen señas para que se vaya, o recibe una mirada vacía o no recibe respuesta alguna.
  • Se percibe cuando un niño  ha cometido un error o ha hecho algo incorrecto, y sus padres le dicen ‘tú eres un estúpido,’ ‘nunca vas a llegar a ser alguien,’  ‘eres un hijo terrible e ingrato,’ o lo peor, ‘desearía que estuvieras muerto.’
Cuando dichas experiencias se repiten una y otra vez, cualquier niño se sentiría en conflicto entre su necesidad de conexión y amor, y su temor de sentir la vergüenza, el rechazo, la crítica y burlas.  Cualquier niño llegaría a considerarse como una persona mala y no digna de ser amada.
Para el niño que es tratado de esta manera en su casa, la vergüenza no es un asunto de como manejar sus relaciones con la gente cuya aprobación necesita.  Más bien la vergüenza hace que él sienta que es una mala persona, que no es digna de amor, sino que merece el rechazo y el desprecio, aún el odio.
En algún momento, aún las necesidades básicas de amor y atención – tantas veces enfrentadas por el rechazo, la crítica y las burlas – se vuelven fuente de una gran vergüenza.  Una vez que esto pasa, a menos que y hasta que se encuentren relaciones cercanas de verdadero amor y sanación, la vergüenza será una compañera constante.  Influirá en todas sus relaciones y en todos sus intentos de encontrar su camino en el mundo.
Las dos caras de la vergüenza son el rechazo y el desprecio.  Ser el objeto de rechazos constantes llenos de vergüenza durante la niñez puede llevar a una persona a que tema y evite las relaciones cercanas.  El desprecio constante lleno de vergüenza puede causar en una persona mucha rabia y hostilidad por muchos años.
El rechazo y el desprecio constantes, ya sea uno o el otro, o una combinación de ambos, tienden a crear niños y hombres que temen y evitan afirmar sus necesidades de un modo sano.  Por lo tanto, los hombres que experimentaron una gran vergüenza durante su niñez enfrentan un mayor  obstáculo interno para buscar ayuda, o hasta para sentir que tienen el derecho a buscar ayuda, y eso incluye ayuda para superar su vergüenza.

Se Puede Superar la Vergüenza

Es posible superar la vergüenza, aún la vergüenza más intensa.  No es posible enfatizar este punto lo suficiente.
  • Es posible buscar una conexión genuina con la gente capaz de ofrecerla.
  • Es posible encontrar la ayuda que usted necesita para superar la vergüenza que usted siente por las experiencias sexuales, y hasta se puede superar un nivel más profundo de vergüenza creado por relaciones vergonzosas tempranas.
Muchos otros hombres lo han hecho.  Muchos otros hombres han estado asombrados y orgullosos sobre como han superado la vergüenza y han cambiado sus vidas.

Como, por Ser Hombre, Puede Ser Más Difícil la Sanación



Los ‘Hombres de Verdad’ no Tienen estas Experiencias

Es un mito, sin embargo un mito poderoso: que los hombres nunca son usados o dominados sexualmente de tal manera que se sientan vulnerables o abrumados como resultado de ello.
Debido a este mito, los chicos tienden a encontrarse en una de las dos situaciones descritas a continuación.  En ambos casos les es difícil seguir adelante y logar la vida que quieren y merecen.
  • Sufren los efectos negativos, pero no se dan cuenta de que lo que sucedió les hizo daño o que está relacionado a sus problemas actuales.
  • Se dan cuenta de que las experiencias fueron dañinas, pero se sienten demasiado avergonzados como para buscar apoyo para tratar dichas experiencias.
Ambos problemas se agudizan debido a la ignorancia generalizada de la sociedad -  sobre el hecho de que no es tan raro que los niños tengan este tipo de experiencias, las cuales pueden tener efectos negativos duraderos, y que los hombres pueden superar estos efectos ser a la vez  viriles.
El resultado es demasiado común: aumenta las probabilidades de que un hombre se quede  estancado en un sufrimiento innecesario y con un potencial perdido.

Los ‘Hombres de Verdad’ no Tienen, ni Muestran Emociones Vulnerables

Debido a este mito, muchos hombres no prestan atención a los efectos emocionales de sus experiencias sexuales no deseadas.  Y si lo hacen, no se permiten buscar el apoyo y la ayuda que necesitan.
Aunque usted no lo crea, desde su nacimiento los varones están diseñados  para ser másexpresivos y reaccionar emocionalmente más que las mujeres.  Por ejemplo, los bebés se sienten afligidos con más facilidad, y lloran más pronto y más frecuentemente que las bebas.
Al bloquear los sentimientos ‘vulnerables’ también se bloquean los sentimientos positivos.
Sin embargo conforme van creciendo, ya sea a través del trato que reciben de sus padres, de sus maestros y de otros niños, así como de los juegos que juegan, o por lo que ven en la televisión, las películas, los juegos de video y el Internet — a los niños se lesenseña constantemente a ser lo contrario: emocionalmente inconscientes e inexpresivos, especialmente cuando se trata de los sentimientos vulnerables.
Los niños, aún sin pensarlo, también aprenden que deben sentirse avergonzados por dichos sentimientos y que hasta se deben de odiar por tenerlos.

Capacidades que Todos Tenemos y Necesitamos

La capacidad de ser consciente de las emociones vulnerables, expresarlas a otros y aceptarlas como parte de estar vivo es una capacidad humana.  Cada niño y niña nace con la posibilidad de desarrollarla.
En términos biológicos, los niños pueden estar más dotados para desarrollar estas capacidades.  Son los valores y los hábitos culturales los que causan que dichas capacidades sean suprimidas en los varones (o que se las saquen a base de palizas, en el sentido literal de la palabra).
Cada varón recibe el mismo mensaje: ‘No reconozca su dolor.  No lo exprese.  No hable sobre ello con nadie.’
La mayoría de los niños y hombres toman muy a pecho estos mensajes.  ‘De ninguna manera me harán llorar.’ ‘No voy a ser débil.’  ‘Nadie me va a tildar de niña.’
Tales reglas rígidas y no realistas sobre lo que significa ser ‘varonil’ conllevan a que muchos niños y hombres se sientan inseguros.  Además, estas reglas alejan a los hombres de las mismas capacidades que necesitan para superar los efectos negativos de sus experiencias sexuales no deseadas de su niñez: que sean conscientes de sus emociones vulnerables y que las acepten para llegar a dominarlas en vez de huir de ellas con conductas autodestructivas (por ejemplo, reaccionar rápidamente con enojo o agresión).
No se trata simplemente de rechazar dichas capacidades.
Aún si un hombre quiere ser consciente de sus sentimientos vulnerables y tratarlos para llegar a dominarlos y atraer la vida que desea, es más fácil decirlo que hacerlo.  El tiene que luchar en contra de décadas de ‘entrenamiento sobre la masculinidad’ y el condicionamiento de su cerebro.
Menos mal, siempre se puede cultivar las capacidades que tenemos todos para tratar las emociones vulnerables.  Nunca es tarde.
Cualquier hombre puede aprender a ser consciente de dichos sentimientos y a llegar a dominarlos, especialmente con ayuda.  Muchos hombres ya han aprendido a hacerlo, generalmente a través de amistades o relaciones íntimas con mujeres.

Unos Puntos para Finalizar

Primero, no estamos sugiriendo que los hombres tienen que ‘ir con un terapeuta y llorar.’
Lo que sí estamos diciendo es que el bloquear sentimientos vulnerables puede ser un gran obstáculo para lograr la vida que usted quiere y merece.  Queda en las manos del hombre decidir cuando y como tratar dichos sentimientos vulnerables, y cualquier buen terapeuta (o amigo, o pareja) entenderá esto y lo respetará.
Segundo, el aprender a experimentar y expresar emociones vulnerables (en los momentos y los lugares que usted escoja) significa hacerse más masculino en muchos aspectos positivos.
Significa hacerse más fuerte ante el dolor, controlar más sus emociones.  Significa tenermayor libertad para responder a situaciones basándose en decisiones inteligentes en vez de exabruptos para demostrar su hombría.  (Para explorar más esta idea, vea Valores.)
Por último, para muchos hombres es increíblemente útil el hecho de reconocer simplemente  estos desafíos únicos que enfrentan, ser menos exigentes con ellos mismos, y tomar tiempo para reflexionar sobre sus suposiciones sobre lo que significa ser un hombre que ha tenido experiencias sexuales no deseadas en la niñez.

martes, 9 de abril de 2013

¿QUE PASA DESPUÉS? ¿PORQUE ABUSAN DE TI?

                                                                        
Cuando era pequeña, tenía adoración por mi abusador, cuando llamaba a la hora de comer a casa desde el trabajo, yo iba corriendo como una loca al teléfono para hablar con el. Recuerdo incluso que una vez, iba tan deprisa, que tomé mal la curva de la habitación y me golpeé contra la esquina de la pared, haciéndome una brecha en la frente.
Después, empezó a cambiar todo. En la época del abuso, yo odiaba cuando me decía que estaba muy pez en las matemáticas, (siempre he sido de letras y los números me costaban más), no soportaba cuando eruptaba, cuando bostezaba, no aguantaba nada de el. Cuando hurgaba en su nariz, ¡todo, odiaba todo!. Cuando fumaba en la mesa sin haber siquiera acabado de comer.¡Que asco!
Después tuvo que dejarlo a la fuerza por prescripción médica, ¡menos mal!.
De adolescente, sólo podía salir o el sábado, o el domingo por la tarde, de las 18h hasta las 22h, y sin pasarme ni un minuto, tenia que llegar antes de la hora porque si no había unas broncas monumentales.
Con la ropa que me ponía también había problemas, siempre, y controlaba todas las amistades que tenía, que no eran muchas.
Me fui de casa a los 18 años por no aguantar más viviendo allí. Después, al cabo de unos 8 años, enfermó y murió, y no sentí pena, me sentía rara, no se si por los acontecimientos o porque en el fondo me sentía culpable de no sentir tristeza, me quedé igual prácticamente, incluso recuerdo que un día o dos antes de morir, en urgencias del hospital, discutimos otra vez y le dije que me daba igual lo que le pasara y me fui, y hasta que me llamaron al día siguiente diciéndome  que había fallecido no volví.
Recuerdo que uno de mis familiares, nada más verme llegar, antes de entrar en la habitación donde yacía el, me dijo de malas maneras y delante de todo el mundo: -¡Ahora no montes un numerito de los tuyos! ¡Encima!
Habían sido discusiones tras discusiones, perseguirme con su mano enorme hasta mi habitación para arrearme alguna bofetada, pero yo me escondía y no dejaba que abriera la puerta. Me iba a la calle y me sentaba en las escaleras de la portería, y lloraba y deseaba ser mayor de edad para irme de casa.
A veces era un infierno. Siempre con miedo, siempre suplicando para poder salir un poco mas el fin de semana, ¡y eso que salia bien poco rato! ¡Por los posters en la pared de la habitación, por la música alta, por cualquier cosa!
Lo que más rabia me da, es que de pequeña, guardo también buenos recuerdos con el, por irónico y estúpido que me parezca, ¡y me da coraje! 
Pero no puedo evitar también tener esos recuerdos, me enseñó a montar en bici, me ayudaba con el belén en Navidad, me hizo una báscula de madera para jugar a las tiendas, me curaba las verrugas que me salieron en los dedos. 

¡¡¡¿Porqué después pasó todo eso?!!!  No lo entiendo, te cuidan, te protegen, y después.....
¿Que les pasa? ¿Dejan de quererte? ¿Que pasa después? ¿Porque?


"LA MUJER PEDÓFILA TAMBIEN EXISTE".


 
La propia madre  abusaba de ella. ¿Como es posible? Pues si, es posible. Física, emocional, psicológica-mente  El abuso por parte de la mujer va más allá del mero abuso físico.  Es emocional, psíquico. La dominación, sobre  todo en ese ámbito, es uno de los puntos claves en la mujer pedófila.
En algunos de estos casos, la agresora, que suele sufrir anorgasmia, vive su sexualidad a  través de las experiencias, las vivencias sexuales que obliga a realizar a la víctima y a relatar posteriormente con todo lujo de detalles. Este tipo de  comportamientos suelen darse con victimas adolescentes o  en edad adulta.
En otros casos, aprovechan su calidad de cercania familiar con el niñ@. Madre, tia, hermana, amiga, etc para llevar a cabo sus agresiones, sus perversiones y deseos pedofilos y que pasen completamente desapercibidos enmascarados en amorosos actos de afecto.
Lo que les resulta extremadamente comodo puesto que, por naturaleza nadie pensará que una mujer, una madre, pueda abusar de un niñ@.

No existe un perfil preciso que identifique a una pedófila, pero puede tratarse de una mujer que se oculte ante los demás tras una imagen de una ama de casa respetable, cordial, atenta, alejada de todos los excesos tanto en el beber y en el hablar, en apariencia buena madre. 
Un patrón muy parecido al del perfil de los hombres.
Según las estadísticas sobre el tema, el 86% de las víctimas de pedofilia femenina enfrentan la incredibilidad de la sociedad. 
Sólo el 14% de las victimas son creídas debido a que, en la mayor parte de los casos, suele ser el hombre el agresor. A la sociedad, se le rompen los esquemas cuando es la mujer la pedófila. 

No necesariamente, al igual que en el caso de los varones, la niña abusada sexualmente en su infancia, llega a ser una pedófila en su vida adulta. Solo un 18% de las mujeres abusadoras han sido víctimas de abuso. La cifra se incrementa considerablemente en el caso de los hombres, pero nunca en su totalidad.
No por ser abusado estás destinado irremediablemente a ser un/una pederasta, ni tampoco el/la que no ha sufrido abusos esta libre 100% de convertirse en uno de ellos.
  
Muchas de estas víctimas de mujeres pederastas, como en el caso de los abusadores hombres, ejercen la prostitución en su vida adulta.
De hecho esta comprobado que el 75% de las mujeres que la ejercen han sido víctimas de abusos sexuales en su infancia.

Evidentemente, no hay que ir con miedo por la vida en lo que respecta a nuestros niños ni a familiares, conocidos, etc, pero si con cautela tanto con hombres como con mujeres que nunca está de más estar atento. 
CADA ABUSO QUE PUEDA EVITARSE SALVA UNA VIDA O MÁS.