domingo, 16 de octubre de 2011

Muéstrate siempre abierto al diálogo

Nuestros comentarios son bien recibidos si nos ponernos en el lugar del otro e intentamos mostrar empatía y manifestar nuestras opiniones o puntos de vista con la intención de aportar, apoyar o ayudar a la otra persona. Sin embargo, a veces las situaciones se tornan tensas y difíciles cuando no logramos expresarnos de la manera más adecuada o cuando interpretamos equivocadamente lo que sienten o piensan los otros.
Es muy importante recordar la diferencia que existe entre compartir nuestro punto de vista, de forma objetiva y bien intencionada, y hacer críticas, juicios o comentarios negativos tendientes a aumentar la confusión y el malestar de los demás. Antes de hablar, deberíamos preguntarnos si vamos a contribuir con la solución de la situación o con el bienestar de esa persona.

Muchas veces es más sabio guardar silencio y escuchar a la persona afectada que aconsejarla sin saber si tenemos todos los elementos, la información o la experiencia necesarios para hacerlo de la forma más asertiva.

Por eso te sugiero... 
Que aprendas a dar tu opinión sin ofender. Respeta las etapas del proceso donde se encuentre la persona a la que deseas apoyar. No es bueno que la manipules para que tome ciertas decisiones. Aprende a respetar el libre albedrío, a menos que esa persona querida, a la que quieres cuidar y proteger, sea menor de edad.

Procura ser más justo en tus apreciaciones y evita hacer comentarios sin fundamento. Hazlo sin dejarte llevar por las emociones, para que puedas ser más objetivo en tu punto de vista. Recuerda que la crítica y las emociones negativas pueden ser destructivas. No te dejes llevar por el prejuicio, colócate en el lugar del otro y analiza la situación desde su posición, necesidad o punto de vista.

Deja a un lado las etiquetas y los juicios personales, abre tu corazón y tu mente para que puedas ver más allá y apóyala verdaderamente. Sé flexible, la rigidez en nuestros propios puntos de vista hace que muchas veces los demás no quieran escucharnos. Recuerda que tal vez no eres tú el que se encuentra en esa situación, sino otra persona que piensa y siente diferente a ti. Sé amable.

Aunque algo te moleste o tengan diferentes puntos de vista, mantén una actitud amable y relajada. Este es el principio de la comunicación y la disposición para escuchar e intercambiar ideas.

Muéstrate siempre abierto al diálogo. Escucha con atención lo que la otra persona tiene que decir y hazlo sin emitir juicios, para que puedas conocer los sentimientos o los pensamientos de los demás, recuerda que cada cual tiene una razón para comportarse como lo hace. No seas agresivo. Respira profundo y ten presente que la violencia hace que la otra persona se cierre a la comunicación.

Tomado de: (Camino a la Grandeza) 
Miguel Adame Vázquez

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